Además de la piscina, la playa, los deportes, las excursiones, las fiestas o las noches estrelladas junto al fuego, aquel verano nos dispusimos a indagar en el mundo secreto de las preguntas más inquietantes sobre los hechos más difíciles de comprender.
Y si resolver enigmas requería toda la agudeza de nuestro ingenio, aclarar misterios obligaba, además, a levantarse del sofá y sacar fuera al personaje de acción que llevábamos dentro.
Mucho tenían que enseñarnos entre otros Sherlock Holmes, la señorita Marple, Indiana Jones o el profesor Layton; sus audaces aventuras, llenas de momentos de valentía y de genialidad, nos sirvieron de guía para resolver los misterios que nos esperaban en el Campamento.
Las pistas, los códigos secretos, los detalles imperceptibles, los pasadizos oscuros, las trampas en el camino, todos ellos fueron ingredientes del juego que pudieron encontrarse en Los Malatos en compañía de amigas y amigos, pudiendo finalmente celebrar con orgullo sus hallazgos.
A ello invitábamos, aquel 2013, a todos los nhorteños convencidos de que no se había construido aún el laberinto, ni se había escrito el código que no se rindiera ante un grupo de chicas y chicos con muchas ganas de divertirse. Y en ello insistiremos, como entonces, este año con el juego como principal protagonista.
Sin comentarios