¡¡AL AGUA PATOS!!

Se admiten todo tipo de teorías profundas: que la vida empezó en el mar y nos ha quedado esa querencia acuática; que en la barriguita de mamá flotábamos felices y en lo líquido nos reencontramos con aquel grato momento original; que tres cuartas partes de lo que somos es agua, que el agua es vida…
Sea por lo que sea, jugar en el agua y con el agua nos apasiona. El placer de un baño, deslizarse por toboganes, saltar desde trampolines, coger olas sobre una tabla o simplemente zambullirnos, bucear, chapotear y salpicarnos, son actividades que inmediatamente despiertan una sonrisa en nuestras caras (siempre que el agua no esté muy fría…).
Artilugios diversos como globos, cubos o mangueras periten jugar con el agua fuera del agua y en todos estos juegos, el jugador burlado es señalado como víctima de la broma con el correspondiente remojón. Lo que de incómodo o aparatoso tienen los juegos de agua se vuelve aliciente y diversión en los días más calurosos del verano.
Las vacaciones, que ya están muy próximas, traen estos días la promesa de volver al mar, que es al agua y a los juegos de agua como un gran estadio olímpico a cualquier deporte. Y en él nos veremos muy pronto, ¡y no sabéis las ganas que tenemos de que así sea!

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