En Edfu, a pocos kilómetros de la presa de Asuan, se encuentra un gran templo, dedicado al hijo de Isis y Osiris.
Las construcciones de altos muros, en medio del desierto, proporcionaban sombra, frescor y ligeras corrientes de aire, todo ello imprescindible para vivir en este calor.
Además del halcón de Horus reconozco a la diosa leona Sekmet y veo bajorrelieves, bellísimos en su sencillez. ¡Todo fantástico!
Sin comentarios