El mar rodea al Nhorte, está muy presente en nuestras actividades, de ley era por tanto dedicarle un año. “A son de mar”, homónimo de la hermosa novela de Manuel Vicent, significa en el lenguaje marino: “preparar el barco para salir a la mar trincando las anclas, botes y demás pertrechos susceptibles de poder moverse”. Y para ello nos dispusimos en este segundo año del ciclo dedicado al Aire Libre.
Inolvidables batallas de globos, evocación de las grandes aventuras marítimas… el agua, un bien que no siempre nos sobró en el campamento, se convirtió en el elemento indispensable para dar rienda suelta a nuestra imaginación.
Ese mismo espíritu marinero fue también trasladado a la Selva Negra, donde acudimos fieles a nuestra cita veraniega mientras, simultáneamente, un grupo de jóvenes aleman@s era acogido por Nhorte la primera quincena de Agosto.
Mientras las actividades seguían su curso gobernadas por grandes dosis de humor y originalidad, las tareas cotidianas de este pequeño microcosmos nos recordaban la importancia de la labor de aquell@s que trabajaron y trabajan para que todo funcione como se espera. Profesores, Nhortes, Intendencia, Secretaría, Cocina, Mantenimiento, Limpieza… a tod@s ell@s siempre nuestro afectuoso agradecimiento, gracias a su aportación, podíamos navegar un año más “A son de mar”.
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